
Aparato crítico: Miguel Cané (1851-1905) fue un escritor, político, periodista y diplomático argentino nacido en Montevideo, Uruguay, durante el exilio de su familia bajo el régimen de Juan Manuel de Rosas. Cursó el bachillerato en el Colegio Nacional de Buenos Aires, entonces un internado de varones dirigido por el canónigo Eusebio Agüero. Allí entró en contacto con las corrientes del pensamiento moderno, especialmente el positivismo, que influiría notablemente en su formación intelectual. Tras concluir sus estudios iniciales, ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde conoció a figuras destacadas como Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña y Aristóbulo del Valle. Se graduó en 1878, aunque ya desde mediados de la década de 1870 se había iniciado en el periodismo, escribiendo en La Tribuna y luego en El Nacional, donde colaboró con juristas y escritores como Vélez Sarsfield y Domingo F. Sarmiento. En 1870 acompañó a Sarmiento en su viaje a Entre Ríos para entrevistarse con Urquiza.
En 1874 se incorporó al Partido Autonomista liderado por Adolfo Alsina y comenzó una extensa carrera política. En 1875 contrajo matrimonio con María Sara Belaústegui Cueto, con quien tuvo dos hijos. Ese mismo año fue elegido legislador provincial y al año siguiente diputado nacional. Ocupó además diversos cargos públicos: fue director de Correos, intendente de la Ciudad de Buenos Aires (1892-1893), ministro de Relaciones Exteriores y Culto, y ministro del Interior durante la presidencia de Luis Sáenz Peña. También representó a la Argentina como diplomático en Colombia y Venezuela (1881-1882) y posteriormente en París. Fruto de sus viajes surgió su obra En viaje (1884), donde combinó observación política, reflexión cultural y una mirada cosmopolita. Entre 1900 y 1904 fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, impulsando la difusión del pensamiento positivista y humanista en el ámbito académico. En 1902, ya como senador, promovió la sanción de la Ley de Residencia (n.º 4144), que permitía al gobierno expulsar inmigrantes sin juicio previo ante la creciente conflictividad social. Falleció en Buenos Aires en 1905.
En el plano literario, Cané fue una de las voces más refinadas de la Generación del 80', caracterizada por su europeísmo, su fe en el progreso y su visión liberal del Estado. Su obra más recordada, Juvenilia (1884), se basa en sus vivencias como estudiante en el Colegio Nacional y constituye una pieza clave de la narrativa argentina por su tono irónico, su humor elegante y su mirada crítica sobre la educación y la sociedad de su tiempo.
A través de un estilo claro, ágil y profundamente personal, Miguel supo unir el espíritu modernizador de su generación con una sensibilidad melancólica y cosmopolita. Defensor de la educación laica, de la libertad de pensamiento y de la separación entre la Iglesia y el Estado, su figura representa el ideal intelectual del siglo XIX argentino: un hombre de letras y acción que buscó armonizar el progreso material con el desarrollo cultural y moral del país.